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El 62% de las mujeres trans negras en EE UU tiene infección por el VIH en comparación con el 35% de las mujeres trans latinas y el 17% de las mujeres trans blancas

A pesar de que la comunidad LGTBIQ+ ha avanzado significativamente en las últimas décadas, el pleno ejercicio de sus derechos sigue siendo un objetivo lejano, de acuerdo con un informe publicado por el Center for HIV and Infectious Disease Policy del O’Neill Institute for National and Global Health Law —un centro adscrito a la Universidad de Georgetown—. Actualmente, las personas trans y no binarias se enfrentan a una fuerte reacción que pone en riesgo sus vidas, su salud y debilita los lazos de cohesión social, además de perjudicar las estrategias para la prevención y el control del VIH y de otras infecciones de transmisión sexual (ITS). Estas personas ya sufren tasas elevadas de violencia, discriminación y falta de respeto, razón por la que existe un temor considerable de que estas situaciones empeoren.

El 20 de enero, día de su investidura, el presidente de EE UU Donald Trump emitió una Orden Ejecutiva que ataca el concepto de identidad de género y pretende revertir las protecciones existentes para las personas trans y no binarias a nivel federal (véase La Noticia del Día 28/01/2025). Este ejercicio del poder presidencial no solo intenta negar la existencia de estas realidades, sino que también desmantela la promesa de un tratamiento justo y equitativo en la vida social, afectando no solo a la comunidad LGTBIQ+, sino también a mujeres racializadas y otras minorías. Esta situación subraya la necesidad de generar la voluntad política para convertir en ley estos derechos civiles y humanos fundamentales.

Además, el debate público en torno a la atención médica para menores ha generado una falta de consenso social en términos de equidad y tratamiento igualitario. Mientras que las prácticas clínicas evolucionan y emergen diversas intervenciones, las discusiones tienden a alarmar a las familias sobre procedimientos quirúrgicos irreversibles o terapias hormonales afirmativas de género. Las iniciativas legislativas actuales buscan desviar la toma de decisiones de salud de las familias y personal médico hacia políticos sin experiencia o formación suficiente en esta materia y sin conexión personal con dichas personas jóvenes.

Pese a estos desafíos, es esencial reconocer que las personas trans y de género expansivo —término paraguas utilizado en el informe, que reconoce y valida una variedad de identidades que desafían las normas binarias convencionales—hacen contribuciones significativas a la sociedad. Al entender que sus aspiraciones son universales —como el deseo de sentir seguridad, amor y respeto, de tener oportunidades educativas y laborales o acceso a atención médica de calidad— se hace evidente que fortalecer sus vínculos con la sociedad beneficia a todos. Aunque representan una pequeña porción de la población estadounidense, son extremadamente vulnerables frente al VIH. Tomar medidas para mejorar su situación, proteger sus derechos y abordar sus necesidades específicas es fundamental para avanzar en la prevención de la transmisión. También en el tratamiento de las personas trans con el VIH, de cara a conseguir la indetectabilidadI=I o Indetectable=Intransmisible—.

Un informe especial de vigilancia del VIH en siete ciudades de EE UU, realizado entre 2019 y 2021, reveló que, aunque el 92% de las mujeres trans sin el VIH eran conscientes de la profilaxis previa a la exposición (PrEP), solo el 32% había hecho uso de ella. Además, las cifras de transmisión son alarmantes: el 62% de las mujeres trans negras vive con el VIH, en comparación con el 35% de las mujeres trans latinas y el 17% de las mujeres trans blancas.

Por otro lado, el Proyecto de Monitoreo Médico de los CDC indica que solo el 35% de las personas trans con el VIH mantuvieron la adherencia al tratamiento en los últimos 30 días, frente al 62% de la población general con el VIH. Asimismo, el 29% de las personas trans con el VIH reportaron haber experimentado falta de vivienda en el último año, un porcentaje notablemente más alto que el 8% de la población general con el VIH. También se observa un impacto significativo en la salud mental, ya que el 26% de las personas trans con el VIH experimentaron síntomas de depresión o ansiedad en el último año, en comparación con el 19% de todas las personas con el VIH. Estos datos subrayan la urgencia de abordar las disparidades en atención médica y servicios de apoyo apoyo comunitaro de las personas trans.

En las sociedades democráticas, a menudo las libertades y derechos requieren el apoyo de la mayoría de la población para ser conquistados. La historia del VIH demuestra cómo colectivos minoritarios pueden unirse para generar un cambio significativo en el mundo. Si bien la mayoría de los estadounidenses afirman no conocer aún a personas que sean trans o no binarias, dos de cada tres ya apoyan la protección contra la discriminación en el trabajo, la vivienda y los espacios públicos.  Al reconocer su dignidad y su lugar en la sociedad, otorgándoles los mismos derechos fundamentales que disfrutan otros, y al garantizar que el sistema de salud brinde atención de alta calidad, las personas trans y no binarias podrán contribuir plenamente a la sociedad. Estos pasos son fundamentales para avanzar en la erradicación de la epidemia del VIH en EEUU, de acuerdo con el informe.

En primer lugar, resulta imperativo que las instituciones, incluidas las fuerzas del orden, escuelas y lugares de trabajo, garanticen un entorno seguro y respetuoso para todas las personas, independientemente de su identidad de género. Esto implica no solo la implementación de políticas de no discriminación, sino también la promoción de una cultura de aceptación y respeto. Los empleadores y sindicatos tienen un papel esencial en esta transformación, al difundir y hacer cumplir claras protecciones contra la discriminación en el ámbito laboral, lo cual no solo beneficiará a las personas trans, sino que también enriquecerá la diversidad en el lugar de trabajo.

La atención médica de alta calidad es otro aspecto fundamental que requiere atención. Las personas trans y no binarias a menudo enfrentan barreras al acceso a servicios de salud, especialmente en el ámbito de la prevención y tratamiento del VIH. El colectivo sociosanitatario debe estar capacitado para ofrecer una atención adecuada que respete las normas de atención para las personas trans, asegurando que todas reciban el cuidado que merecen, sin miedo a ser discriminadas o estigmatizadas. Además, la recolección de datos sobre la orientación sexual e identidad de género es muy importante para mejorar la calidad de la atención, salvaguardando la privacidad.

Es importante subrayar que el estigma y la discriminación hacia las personas LGTBIQ+ no solo afectan a su salud, sino que también están íntimamente relacionados con problemas más amplios como el desempleo, la pobreza y la falta de vivienda, como se ha indicado. A menudo, estas barreras pueden llevar a un ciclo de depresión y problemas de salud mental, que aumentan la vulnerabilidad frente al VIH. Las políticas públicas que fomenten la inclusión y la igualdad son, por lo tanto, esenciales no solo para mejorar los resultados de salud de estas poblaciones, sino también para reducir la incidencia de problemas sociales que las afectan.

En definitiva, fomentar una cultura de aceptación e inclusión para las personas trans y no binarias no solo es un imperativo moral, sino que también beneficia a la sociedad en su conjunto. La protección de sus derechos, unida a la mejora de la atención médica y a la eliminación del estigma, contribuirá a construir comunidades más equitativas y saludables, donde todas las personas tengan la oportunidad de prosperar.

Fuente: POZ/Elaboración propia (gTt-VIH).

Referencias: Crowley J, Grisham K. Improving the Health and Safety of Transgender and Gender Expansive People. Center for HIV and Infectious Disease Policy of the O’Neill Institute for National and Global Health Law. January 2025.

Fast Facts: HIV and Transgender People. Centers for Disease Control and Prevention. United States Department of Health and Human Services. March 28, 2024.

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