Un editorial publicado en The Lancet pone de manifiesto la gravedad que pueden conllevar a corto, medio y largo plazo los primeros cambios generados por la administración Trump en términos de salud pública, tanto doméstica como mundial.
El artículo comienza con un primer párrafo demoledor en el que relata las primeras decisiones de calado llevadas a cabo por el equipo de Donald Trump: retirada de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Acuerdos de París; cierre de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID) y suspensión de las ayudas que vehiculiza, cesando los programas de salud a nivel global; congelación de 3.000 millones de dólares en subvenciones y préstamos federales, poniendo en peligro el funcionamiento del seguro médico público Medicaid; paralización generalizada de actividades clave en los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de EE UU (la mayor institución de investigación biomédica del mundo); órdenes de suspensión en los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE UU; negación de la diversidad de género y bloqueo de comunicaciones, lo que resultó en que el Informe de Morbilidad y Mortalidad Semanal no se publicara por primera vez en 60 años.
Las acciones de Donald Trump, tanto a nivel nacional como global, no constituyen una reevaluación medida de las prioridades de EE UU; son, a juicio de The Lancet, un ataque amplio y perjudicial contra la salud del pueblo estadounidense y de quienes dependen de la asistencia de EE UU en el extranjero.
Dichas acciones también son un ataque contra la comunidad de investigación médica y sanitaria. La capacidad de trabajo de los investigadores ha sido severamente restringida o completamente detenida. La libertad de expresión ha sido limitada de un plumazo. Se han prohibido ciertos términos en sitios web del Gobierno de EE UU (y en manuscritos presentados a revistas científicas), incluyendo “género”, “transgénero”, “LGBT” y “no binario”. Además, una directiva ha pausado la presentación de nuevos trabajos para su publicación por parte de empleados y contratistas de los CDC. En The Lancet, manifiesta el editorial, el impacto ya se ha sentido: algunos revisores rechazan participar y diversos autores se autocensuran. Es posible que las instituciones relacionadas con la salud en EE UU eviten criticar públicamente a la nueva administración. Desde The Lancet -y desde la mayor parte de entornos comunitarios- se considera que esta timidez o miedo es un error. Las acciones de la administración Trump deben ser denunciadas por el daño que están causando.
La congelación de 90 días de la ayuda de EE UU, incluyendo fondos para el Plan de Emergencia del Presidente para Paliar el SIDA (PEPFAR) (véase La Noticia del Día 27/01/2025)—aunque finalmente con una “exención humanitaria de emergencia” (véase La Noticia del Día 04/02/2025)—ha dejado los servicios en el limbo, particularmente en la prevención del VIH y en poblaciones clave.
Estas no son preocupaciones abstractas: numerosos profesionales de la salud han sido despedidos, algunas clínicas han cerrado y diversas personas con el VIH se han visto afectadas.
El editorial de The Lancet destaca que Elon Musk -uno de los principales altos cargos de la administración Trump- ha calificado a USAID de “malvada” y “organización criminal”, difundiendo falsedades para justificar el desmantelamiento—si no la abolición—de la agencia. Estas decisiones son profundamente erróneas y tienen repercusiones de largo alcance que retroceden décadas de avances en el control de enfermedades y la equidad en salud. Las acciones de Trump representan un ataque particular contra la salud de las mujeres, especialmente en lo que respecta a la salud y los derechos sexuales y reproductivos. Además, el progreso gradual logrado en materia de cambio climático y salud probablemente se detendrá o incluso se revertirá; lo que conllevará aumentos en la mortalidad y morbilidad a escala global.
The Lancet finaliza su editorial haciendo un llamamiento a la movilización y el optimismo, huyendo de centrarse únicamente en la negatividad o -ni mucho menos- en la resignación. Consideran que es un momento para la estrategia y la esperanza, ya que no todas las órdenes ejecutivas sobrevivirán a los desafíos legales. Algunas han sido atenuadas o ajustadas gracias a la sociedad civil, periodistas y algunos miembros del Congreso que han denunciado los daños inmediatos.
El editorial concluye advirtiendo que The Lancet será un punto informativo de rendición de cuentas durante los próximos cuatro años, monitoreando y revisando las acciones del Gobierno de EE UU y las consecuencias de sus decisiones para la salud estadounidense y global.
Fuente: Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencia: The Lancet. American chaos: standing up for health and medicine. Lancet. 2025;405(10477):439. doi:10.1016/S0140-6736(25)00237-5
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