Un estudio publicado en Journal of Travel Medicine ha concluido que la vacunación frente al virus de la hepatitis A (VHA) es adecuadamente inmunogénica en personas con el VIH en estado de supresión virológica y en aquellas personas que reciben tratamientos inmunosupresores en monoterapia (no en aquellas que toman más de un inmunosupresor).
Los investigadores realizaron un estudio de cohorte prospectivo para evaluar la intensidad de las respuestas de anticuerpos asociadas con la vacunación frente al VHA en poblaciones adultas inmunocomprometidas. También buscaron evaluar las respuestas a las dosis de refuerzo e identificar los factores de predicción de una respuesta serológica adecuada.
El análisis incluyó a personas con el VIH, participantes en monoterapia inmunosupresora, personas en terapia inmunosupresora combinada y un grupo de control de personas que no tenían el VIH ni seguían terapia inmunosupresora.
Los participantes recibieron 2 dosis de vacuna inactivada frente el VHA (Avaxim®, Havrix® o VAQTA Adult®) en el mes 0 y entre los meses 6 y 12 del estudio. Aquellos que necesitaban vacunación tanto para el VHA como para el virus de la hepatitis B (VHB) recibieron 3 dosis de la vacuna combinada VHA/VHB (Twinrix®) en los meses 0, 1 y entre los meses 6 y 12.
El objetivo principal del estudio fue la tasa de seroconversión 2 meses después de la vacunación, definida como el porcentaje de participantes vacunados con niveles de anticuerpos frente al VHA iguales o superiores a 20 mUI/mL. Se utilizaron modelos de regresión logística y lineal para determinar los factores de predicción de seroconversión y los cambios en los niveles de anticuerpos.
Entre los participantes de los grupos con el VIH (n=41), en monoterapia inmunosupresora (n=40), en terapia inmunosupresora combinada (n=35) y control (n=34); las edades promedio fueron de 43, 42, 36 y 35 años; respectivamente (p= 0,017). Los porcentajes de hombres fueron del 80% entre participantes con el VIH; del 48% en personas en monoterapia inmunosupresora; del 57% en personas en terapia inmunosupresora combinada y del 35% en el grupo control (p <0,001). Las medianas de las puntuaciones en el índice de comorbilidad de Charlson fueron de 0 entre participantes con el VIH; de 1 en personas en monoterapia inmunosupresora; de 1 en personas en terapia inmunosupresora combinada y de 0 en el grupo control. Cabe destacar que dicho índice de comorbilidad se mueve entre 0 (sin comorbilidades que afecten a la esperanza de vida) y 6 (con comorbilidades con alto impacto sobre la esperanza de vida).
Todos los participantes con el VIH seguían terapia antirretroviral y, excepto uno, todos estaban en supresión virológica al inicio del estudio (con una mediana del recuento de CD4 de 673 células/mm³). En los participantes en monoterapia o terapia combinada inmunosupresora, el diagnóstico subyacente más frecuente era la enfermedad de Crohn.
La tasa de seroconversión 2 meses después de completar la vacunación frente al VHA varió entre el 83% y el 100% en los 4 grupos comparados.
En comparación con los participantes del grupo de control, solo aquellos en terapia inmunosupresora combinada mostraron tasas de seroconversión significativamente más bajas (p= 0,045), aunque todos los participantes inmunocomprometidos exhibieron concentraciones más bajas. Además, los investigadores observaron concentraciones de anticuerpos significativamente más bajas entre los participantes en terapia inmunosupresora combinada que en aquellos en monoterapia inmunosupresora (p <0,001).
En el análisis multivariable, un menor aumento de anticuerpos frente al VHA desde el inicio hasta 2 meses después de finalizar la serie completa de vacunación se asoció con tener el VIH (un 31% inferior al grupo control), seguir monoterapia inmunosupresora (un 40% inferior al grupo control) y seguir terapia inmunosupresora combinada (un 85% inferior al grupo control). La coadministración de la vacuna antineumocócica conjugada redujo en un 22% los niveles de anticuerpos generados por la vacuna frente al VHA.
A los 6 meses de la vacunación completa frente al VHA, las tasas de seroconversión se mantuvieron altas en participantes con el VIH y en aquellos en monoterapia inmunosupresora (97% y 88%, respectivamente). Sin embargo, la tasa de seroconversión fue significativamente menor en los participantes del grupo con terapia inmunosupresora combinada en comparación con los del grupo de control (69% frente a 97%; p= 0,002). En general, los investigadores observaron una reducción significativa en los niveles de anticuerpos en los 4 grupos a los 6 meses posteriores a la vacunación (p <0,001).
Los factores de predicción significativamente asociados a la disminución de los niveles de anticuerpos tras la finalización de las dosis vacunales fueron el sexo femenino, el uso de terapia inmunosupresora combinada y el uso de inhibidores del factor de necrosis tumoral-α (TNF-α, en sus siglas en inglés). La mayoría de los participantes que experimentaron una disminución de los niveles de anticuerpos tras la finalización de las dosis vacunales mostraron respuestas adecuadas a las dosis de refuerzos, a excepción de aquellos en terapia inmunosupresora combinada.
En lo relativo a la seguridad, los investigadores registraron 59 eventos adversos en 32 (el 23%) participantes. La mayoría (el 88%) fueron de intensidad de leve a moderada. Los efectos secundarios más frecuentes fueron reacciones en el punto de inyección (el 24%), problemas musculoesqueléticos (el 14%), eventos gastrointestinales (el 10%), fiebre (el 10%) y dolor de cabeza o fatiga (el 8%).
Las limitaciones del estudio incluyeron el uso de biomarcadores indirectos para evaluar la protección contra la enfermedad conferida por la vacunación frente al VHA, los pequeños tamaños de las muestras poblacionales comparadas y la decisión de restringir el análisis de inmunogenicidad a mediciones de la respuesta inmunitaria humoral.
Los autores del estudio concluyeron que la vacunación frente al VHA presenta buenos niveles de inmunogenicidad en personas con el VIH y en aquellas en monoterapia inmunosupresora (no así en aquellas con terapia combinada inmunosupresora). También apuntan que, a la luz de estos resultados, podría no ser buena idea administrar la vacuna frente al VHA de forma conjunta con vacunas antineumocócicas conjugadas, ya que podría reducir la eficacia de las vacunas.
Fuente: EATG / Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencia: Schnyder JL, Garrido HMG, Tanck MW, et al. Hepatitis A vaccine immunogenicity and boostability in adults receiving immunosuppressive therapy and adults living with HIV: a prospective single-centre cohort study. J Travel Med. Published online September 11, 2024. doi:10.1093/jtm/taae125.
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